El tiempo, un engaño de
12 horas multiplicadas por 2, tiempo el cual dura todo un dia, desde el amanecer
con el astro rey hasta la aparición de la madre luna.
Horas compuestas por 60
minutos, los cuales nos encargamos de cargar en vez de disfrutar, los cuales
cada uno forma una hora no un momento el cual vale la pena haber sido vivido.
Minutos compuestos por 60
segundos, de los cuales hasta los latidos de nuestro corazón es esclavo, olvidándonos
de lo básico que es respirar y dejar que cada arteria disfrute de ese oxigeno
que nos llega.
Esclavos mas no amos de
nuestro tiempo, de nuestros segunderos integrados en nuestras mentes obligándonos
a no sentir el dulce viento, el fuerte rayo de sol al chocar con nuestra piel,
el sentir del frio en nuestra nariz.
Hasta cuando el tiempo
dejara de jugar en nuestras vidas con su reloj fino de arena del Sahara, que
grano a grano se nos marca un segundo de vida, hasta cuando dejaremos que la
fuerza de gravedad no jale uno mas abajo y se impulsado hacia arriba a revivir
ese momento mágico.
¿Cuesta tanto
reinventarse, hacerse amigo del señor tiempo? ¿Es demasiado difícil ver
alrededor y parar el tiempo? ¿Sera posible poder sentir siempre ese amor sin
que venga el a interrumpirme?
Cuantas preguntas mas se
almacenan en mi mente, mientras deseo ahogar las preguntas demasiado lejos de
mi, tomar a ese maestro y pedirle explicaciones, de por que me ha vuelto una esclava
con un grillete con la leyenda 12 60…
Cuantos mas son como yo,
fuera de este planeta también el será el amo y señor con mas poder que nadie al
lado de Dios en un almacén de relojes de arena, tic tac’s, pulso, cucús, de
sol, de luna, de lujo y demasiado corrientes.
De nuevo el amo del tiempo,
me hace saber que el tiempo se agota…
Anned...la esclava del tiempo
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