Sensación de angustia provocada por la presencia de un
peligro real o imaginario, según la real academia de la lengua española, esto
es el miedo. El miedo tiene distintas caras, distintos sentimientos encerrados
en sí.
Ahora que se acerca la temporada donde casi todas las
culturas antiguas y las no tan antiguas rinden cierta clase de tributo a la
amada y a la vez temida muerte. El miedo a ella es uno de los principales
ingredientes de estos días. Casi todos le temen a la muerte, inclusive creando
un miedo irracional a tal acción. Hace mucho tiempo escuche algún personaje con
inmensa sabiduría decir: “aparte de nacer, el morir es lo único seguro que se
tiene en esta vida”. Cuánta razón ha tenido el, siempre todo muere, causando un
gran dolor y un vacio irreparable; creando olas de miedo imparables e
impenetrables, dejando a su paso ríos interminables de lagrimas. Solo en ocasiones
dejando a seres de hielo indescifrables cuando casi siempre este miedo y pérdida
crea guerreros invencibles.
Según algunas culturas sumerias dicen que el miedo
alimentaba los espíritus de sus dioses, dándoles poder sobre los humanos y así
poder controlarlos. El miedo paraliza y te quita visibilidad justo lo que esos
dioses querían para obtener una raza de esclavos que siempre los alimentara. ¿Cuánto
tiempo ha pasado desde que esos textos fueron escritos? Lo desconozco en
realidad.
Sé que el miedo te puede llevar a lugares sumamente oscuros
e indeseados, tal es el caso de alguna fobia. Tal miedo es tan grande y tan
irracional que evita que hagas cualquier ruido o acción, puede inclusive
matarte de tan fuerte el shock que sufre tu sistema. En ocasiones estos miedos
se presentan en el lugar menos esperado, quitándote todo el oxigeno que se
necesita para pensar y actuar.
¿En dónde está la frontera entre ser valiente y tener miedo?