Con dolor me despido de ti, mas nunca de las grandes
memorias que me diste… Abuelita Julita.
Caminar hasta tu casa es un mundo, atravesar mi patio
trasero de la gran escuela era un viaje sub real, llegar a tu cochera y
reconocer tu dulce aroma es algo que aun me llena de ilusión. Tus manos pequeñas,
siempre frías de dedos largos y muy blancas, me llenaron de mimos y de abrazos.
No compartíamos la sangre pero nuestro lazo es superior, sé que soy parte de ti
como tú eres parte de mí… Abuelita Julita
Pocas veces te vi sonreír, tus sonrisas estuvieron
siempre reservadas para un buen motivo, siempre atenta, siempre servicial. Tus
palabras inflexibles y tus dichos llenos de sabiduría. Guardo algunos para esas
ocasiones donde no hay palabras…. Abuelita Julita
Caminar por las calles sin descanso, me dará un buen corazón
y larga vida me dijiste siempre, tejer por imitarte se volvió un reto… con
gancho nada mas… agujas no… me confunden… Comer como princesa con muchos
cubiertos y servilleta de tela sobre mis rodillas… mi Abuelita
Gracias por la música, por tantos libros, por hacerme filatélica,
por hacerme antigua, por mis patines blancos, por las carcajadas de mis eternas
preguntas, por las cenas interminables pero sobre todo… gracias por ser mi
abuelita
Nunca las palabras fueron suficientes en nuestras cartas,
se hicieron pocas después nulas… me convertí en adolecente y de adulta te extraño,
se que estas y siempre estarás para ayudarme a ser una dama, una guerrera, ser
culta y no tenerle miedo a nada…
Abuelita Julita Gracias Por Todos Tus Recuerdos
Edna L. Mendoza D.
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