Hace algunos días leí que en nuestro país lleno de
contrastes y colores, como lo es México, se tiene un día en especial para los ferrocarrileros.
Esto me trajo una ola de memorias y sonrisas. Desgraciadamente y por intereses
aun incomprensibles a mi razón el tren desapareció de nuestra región, para más
adelante sus vías fueran retiradas hasta ahora que casi es borrado de la
memoria de la sociedad regional.
Considero que gran parte de nuestro país fue escrito sobre
las vías ferroviarias que parecían un sistema de irrigación sanguínea nacional.
El tren durante la Independencia era un medio sumamente lejano para las masas,
donde solo los ricos y grandes políticos podían tener acceso a algunas ciudades
conectadas todas a la capital. Durante la Revolución, era un cuartel ambulante,
llevando y trayendo esos grandes personajes que luchaban por un país de siglo
XX, llevando y trayendo a lo largo del territorio nacional imprentas, armas,
alimentos, enfermedades, ganado y muertos. Más adelante se convertiría en un
medio de transporte industrial y comercial, uniendo todas las esquinas de México
con los centros comerciales más importantes a nivel internacional, como son los
puertos y las fronteras.
Estando en la primaria empecé a escuchar que el tren de
nuestra región, que unía el noreste de Chihuahua con el centro del mismo, seria
eliminado. Fue entonces que empecé con mi gran insistencia pidiendo a gritos
casi histéricos que se me llevara en el tren a cualquier lugar. Después de
muchos intentos logre mi objetivo. Al empezar el verano de 1995 mi mom, mi
manina, mis primas Marisol, Blanca y Alma, mi abuelita y mi primo Luis emprendimos
la gran aventura. Nos iríamos desde Nuevo Casas Grandes hasta Ciudad Madera,
duramos algunas semanas en la planeación de dicho viaje. Emprendimos nuestra aventura
un día de verano a las 10am saliendo de Nuevo Casas Grandes para llegar a
Ciudad Madera a las 4pm. En nuestro viaje pudimos observar como la gente se
congregaba en las pequeñas estaciones a recibir a una sola persona que se
bajaba del tren, la gente en las orillas de la vía, saludaba al tren, no tanto
a sus pasajeros. Los paisajes de la sierra fueron alucinantes, barrancas tan
profundas que no podías ver el fondo, elevaciones tan altas que te era
imposible ver el brillo del sol en lo alto, túneles sumamente largos donde de
los gritos quedábamos sin voz, de lo oscuro no se podía ver la mano frente a
tus ojos; túneles pequeños donde pudimos sacar la cabeza. Puentes de rieles de diseño
europeo y maquinas de ensamble mexicano,
que combinación tan mas certera.
Este tren llevaba granos y ganado a algunas estaciones y
hasta La Junta Chihuahua llevaba un cargamento de alimentos. Desgraciadamente
el tren fue quitado unos meses después, teniendo solo unas cuantas corridas al
mes, hasta que un día alguien en algún lugar extraño y lejano decidió que el
tren era incosteable. Años después las grandes vías hechas a base de sudor,
sangre y no sé qué tantos muertos, llenas de historias, amores, lagrimas y aventuras;
fueron desmanteladas. En mi sentí dolor, ya nunca más nadie podría observar
esos paisajes, ni oír el fuerte estruendo del sonido del tren llegando a su estación.
Espero que el tren no sea borrado de la memoria nacional, ya
que estarían cortando un gran trozo de historia nacional. Las grandes potencias
mundiales funcionan por medio de vías, ¿Porque nosotros no?
Fuente (foto): http://www.panoramio.com/photo/7907765
Los buenos momentos se convierten en buenos recuerdos, y este viaje no será la excepción.
ResponderEliminar